La liofilización alarga la vida útil de frutas y verduras y mantiene hasta el 95% de su valor nutricional

Liofilización: una solución innovadora para reducir el desperdicio de alimentos

El desperdicio alimentario es un desafío global que afecta a la seguridad alimentaria y al impacto ambiental. Uno de los principales factores detrás de este problema es la falta de técnicas adecuadas de conservación, lo que lleva a la pérdida masiva de productos como frutas y verduras. En este contexto, la liofilización surge como una tecnología clave para prolongar la vida útil de los alimentos sin comprometer su calidad ni recurrir a conservantes artificiales.

¿Qué es la liofilización y por qué es importante?

La liofilización es un método avanzado de conservación que elimina el agua de los alimentos sin aplicar calor, lo que permite preservar sus propiedades nutricionales, textura y sabor. Gracias a este proceso, se logra mantener hasta un 95 % del valor nutricional de los productos, lo que lo convierte en una alternativa ideal para reducir el desperdicio y ofrecer alimentos de alta calidad.

Según Sandra Rams, cofundadora de Yay! Snacks y experta en tecnología alimentaria, la liofilización «conserva las propiedades de los alimentos sin reducir su sabor y, además, alarga su vida útil sin necesidad de utilizar conservantes químicos». Este aspecto es crucial en la lucha contra el desperdicio de alimentos, especialmente considerando que en España se desecharon 474 millones de kilos de frutas y verduras en 2020.

Un método con historia y evolución tecnológica

Aunque pueda parecer una técnica reciente, la liofilización tiene una larga trayectoria. Fue utilizada por la NASA en 1969 para conservar los alimentos de los astronautas durante la misión del Apolo 11, y desde entonces ha sido ampliamente adoptada en la industria alimentaria y farmacéutica. La evolución de las tecnologías de refrigeración y vacío ha permitido desarrollar procesos más eficientes, lo que ha mejorado significativamente la calidad de los alimentos liofilizados.

Liofilización vs. deshidratación: ¿cuál es la mejor opción?

Existen dos métodos principales para eliminar el agua de los alimentos: deshidratación y liofilización. La deshidratación se realiza mediante la aplicación de calor, lo que reduce el contenido de agua entre un 90 y 95 %, pero a costa de una disminución del valor nutricional hasta un 60 %. Además, la textura suele volverse más dura y el tiempo de conservación es menor.

En contraste, la liofilización se basa en la congelación y la posterior eliminación del agua mediante sublimación, reduciendo el contenido de humedad hasta un 99 %. Esto permite mantener la calidad del alimento por más tiempo y conservar casi todos sus nutrientes. Además, este proceso aporta una textura crujiente y un sabor más intenso, lo que lo convierte en una alternativa atractiva para snacks saludables.

Innovación en la alimentación saludable

Las frutas y verduras liofilizadas se han convertido en una opción cada vez más popular entre los consumidores que buscan alternativas nutritivas y sostenibles. Marcas como Frükante de Krunchis Snacks, SAS han apostado por esta tecnología para ofrecer productos que combinan larga vida útil y sabor sin necesidad de aditivos artificiales. Su textura crujiente y su perfil nutricional los hacen ideales para quienes buscan opciones saludables sin renunciar al disfrute sensorial.